viernes

Soneto IV





Encanto derrochado, ¿por qué gastas
tu herencia de apostura sólo en ti?
Natura no regala apenas nada:
tan sólo presta a quienes dan sin fin.
¿Por qué, entonces, bello egoísta, abusas
de la largueza con que te han munido?
Efímero usurero, ¿por qué apuras
tamaña suma y no obtienes respiro?
Si tu único cliente es tu persona,
acabarás sisándote tu encanto;
así, cuando por fin llegue tu hora,
¿con qué reserva harás cuadrar tu saldo?
Sin uso, tu belleza es cosa muerta;
usada, se convierte en tu albacea.

Sonetos de Shakespeare © 2008 Template by:
SkinCorner