sábado

Soneto XLVI


Mi corazón y mi ojo están en guerra
por ver cómo reparten tu apariencia;
mi ojo a mi corazón lo le tolera
que vea lo que éste a aquél le niega.
Mi corazón alega que en él vives
(una vitrina a prueba de miradas),
pero su litigante no lo admite
y afirma ser el dueño de tu estampa.
Para dilucidarlo se ha reunido
un tribunal de nobles pensamientos
que determinan con su veredicto
la parte de uno y otro por consenso:
Y si compete a mi ojo tu exterior,
tu amor es fuero de mi corazón.

Sonetos de Shakespeare © 2008 Template by:
SkinCorner