
¿Qué quieres, que mis párpados pesados
acechen en la noche fatigosa?
¿Que viva sin soñar, buscando en vano
vestigios de tu imagen en las sombras?
¿O acaso enviaste a tu alma a que observara
mis actos, donde vaya, por si viese
indicios de perfidias o de holganza?
¿Tan fuertes son los celos que me tienes?
¡Qué va! Tu amor, que es mucho, no es tan grande:
mi amor es el que me mantiene en vilo,
mi amor, que ha de impedirme que descanse
pues él es quien vigila tu camino.
Yo a ti te observo mientras tú despiertas
lejos de mí, mas de otros, ay, muy cerca.