Sonetos de Shakespeare
viernes
Soneto C
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Oh, Musa, ¿dónde has ido que te olvidas de hablar de aquello que te da sustancia? ¿Malgastas tu furor en cancioncillas vulgares que al brill...
Soneto XCIX
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Ladrona -reprendí yo a la violeta precoz-, ¿no habrás robado tu perfume del soplo de mi amada? De sus venas sacaste el noble tinte con que c...
Soneto XCVIII
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en primavera tuve que ausentarme; abril, luciendo sus mejores galas, sembraba juventud por todas partes y hasta Saturno el grave retozaba. M...
Soneto XCVII
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¡Qué invierno fue no estar junto a tu lado, placer fugaz del año fulminante! ¡Qué fríos padecí, qué días magros! ¡Diciembre y su escasez en ...
Soneto XCVI
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Te tilda de ser joven, descarriado, o por ser joven y vital te adulan, y todos -ricos, pobres- te aman algo: tus vicios son tus gracias, y l...
Soneto XCV
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¡Qué dulce y adorable es tu perfidia que, como un chancro en la fragante rosa, correo tu buen nombre y lo mancilla! ¡En qué dulzura envuelve...
Soneto XCIV
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Aquellos que pudiendo herir, no hieren ni hacen tampoco lo que más enseñan, y permanecen, aun cuando conmueven, tan fríos e insensibles como...
Soneto XCIII
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He de vivir así, como el esposo burlado que tolera tus embustes y cree ver amor en ese rostro que, ausente el corazón, aun me confunde. Pues...
Soneto XCII
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Tú trata a toda costa de no hurtarte, que el sello que nos une es de por vida y sin tu amor la vida ya es en balde, pues de tu amor depende ...
Soneto XCI
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Están quienes presumen de su alcurnia y quienes de sus bienes, maña o fuerza, de vestir -mal- lo último que se usa, del perro, del halcón o ...
miércoles
Soneto XC
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Si me has de odiar, no dudes, hazlo ahora; haz, junto a mi desgracia, que me humille ahora que mi mundo se desploma; más tarde no habrá más ...
Soneto LXXXIX
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Si dices que me dejas por mis faltas, no intentaré esconderlas: al contrario; si mientas mi cojera, no haré nada por defenderme y andaré ren...
Soneto LXXXVIII
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El día en que decidas denostarme y expongas mis virtudes al escarnio, ligitaré en mi contra y, por salvarte, diré que eres virtuoso aunque s...
Soneto LXXXVII
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¡Adiós! Tú sabes bien que lo que vales es más de lo que puedo permitirme; tu cédula te otorga libertades: según nuestros contratos eres libr...
Soneto LXXXVI
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¿Fue que su verso henchido a toda vela, sediento del botín de tu persona, hizo que naufragaran mis ideas y allí donde nacieron, hoy reposan?...
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