Sonetos de Shakespeare

viernes

Soneto XCIII



He de vivir así, como el esposo
burlado que tolera tus embustes
y cree ver amor en ese rostro
que, ausente el corazón, aun me confunde.
Pues como nunca hay odio en tu mirada
no encuentro allí señal de que has cambiado.
Lo que otros corazones falsos callan
acaba escrito en muecas, gestos, trazos;
en ti parece haber mandado el cielo
que siempre hubiera amor en tu semblante
y nunca el corazón o el pensamiento
alteren la dulzura que repartes.
Es como el fruto de Eva tu belleza,
que luce sin mostrarnos lo que encierra.


lunilla a las 03:58
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Quillota, Valparaiso, Chile
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