viernes

Soneto LXXIV

Mas no te abatas cuando al fin el cruel
arresto inapelable me reclame,
pues si algo hubo en mi vida de interés
te ayudará esta línea a recordarme.
Y cuando la repases, busca en ella
la parte que te haya sido consagrada:
la tierra que se quede con la tierra
y tú, con lo mejor de mí, con mi alma.
Tú sólo habrás perido mi cadáver,
el poso, lo que apuran los gusanos,
la vil conquista de un cuchillo infame,
indigno de que debas recordarlo.
Lo bueno de eso es que contiene,
que es esto, y que contigo permanece.

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