viernes

Soneto LXXVIII

Yo tanto te invoqué como mi Musa
y fuiste en mis poemas tan benigno
que al fin cogió mi juego cualquier pluma
y se valió de ti para esparcirlo.
Con tus ojos el mudo se hizo vate
y la ignorancia plúmbea cobró vuelo,
en las alas del sabio hay más plumaje
y la gracia redobla su abolengo;
mas no hay mayor orgullo que haber sido
padre y señor de la obra que yo acopio.
A otros mejorarás en el estilo
y harás que su arte sea digno de encomio:
tú en cambio representas todo mi arte;
ilustra con tu encanto a este ignorante.


Sonetos de Shakespeare © 2008 Template by:
SkinCorner