¿Por qué igualarte a un día de verano
si tú eres más hermoso y apacible?
El viento azota los capullos mayos
y el término estival no tarda en irse;
si a veces arde el óculo solar,
más veces su dorada faz se nubla
y es norma que, por obra natural
o del azar, lo bello al fin sucumba.
Mas no se nublará tu estío eterno
ni perderá la gracia que posee,
ni te tendrá la muerte por trofeo
si eternas son las líneas donde creces:
Habiendo quien respire y pueda ver,
todo esto sigue vivo y tú también.
William Shakespeare
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Siempre Shakespeare
Ay, cómo dudo cuando de ti escribo sabiendo que otro espíritu te alaba mejor que yo y con tan potente estilo que es como si con él me amordazara. Mas como tu caudal, que es noble y ancho, se deja atravesar por toda vela, también mi basto y pertinaz balandro, menor que el suyo, surca tu grandeza. Si yo con tu somera ayuda floto, él sabe hollar tu piélago profundo; o soy un barco náufrago, sin fondo, y él, uno levantado con orgullo. Lo peor de que yo encalle y él prosiga es que mi propio amor sea una ruina.